Conducir por el bosque de lengas, mientras nieva y con temperaturas bajo cero, puede hacer que el frío se empiece a sentir, sobre todo en las manos. Es por eso que, luego de haber realizado la mitad del trayecto nos acercamos a un predio en el medio del bosque, donde se encuentra emplazada una pequeña barra junto con una gran fogata, y algunos calderos con fuego.
Ese es el momento para descansar, recuperar temperatura y calentar las manos. Al mismo tiempo, nuestros guías les ofrecerán una degustación de chocolate o vino caliente. También podrán aprovechar para sacarse una buena foto junto al fuego. Una vez finalizada la degustación, volverán a los cuatriciclos donde podrán cambiar de conductor.